martes, 21 de abril de 2009

Bali





Bali huele a jengibre e incienso. Un zumbido permanente recorre las calles de la isla proveniente de miles de motos que cruzan a toda velocidad y en todas las direcciones como si fuesen parte de un sistema nervioso. A veces parece que la isla respira, digiere y excreta. Como un ser vivo nunca está en completo reposo y por todos lados se realiza algún tipo de actividad, se emite algún tipo de olor o se generan colores y formas impensadas para nosotros, cosas insólitas que acaparan miradas o provocan asombro.

En Bali todos compran y todos venden, todo está a la venta y tiene su precio. Las calles están repletas de tiendas y talleres de artesanías infinitas en su variedad: Budas de piedra enormes, muebles, pinturas, collares y anillos, figuras en madera, imitaciones de todo tipo. Fábricas de altares, dioses creados por cientos, los siempre necesarios espíritus protectores. Ganesha por todos lados, con su barriga prominente y su cabeza de elefante dando la bendición o esperando ser adquirido por algún balinés compasivo o algún turista consumista.

Kuta Beach

El 95% de la población de Bali es balinés étnico y profesa la religión hindú en una versión propia llamada “hinduismo balinés” en la cual se mezclan el culto a los antepasados, mitos y leyendas propios y el culto a los santos budistas. El resto de la isla son balineses musulmanes y una pequeña minoría católica. Esto hace que la isla sea única en una Indonesia mayoritariamente musulmana, con una cultura especial e irrepetible.

Afuera de cada casa y comercio hay pequeñas ofrendas compuestas por una bandeja de hojas de plátano con flores, algo de comida o cigarros. Están por todas partes y se hace difícil el caminar entremedio de las estrechas veredas sin pisarlas. Cada 10 metros hay un pequeño altar y cada 50, uno mayor. Cada pueblo tiene a lo menos tres templos grandes y por cada familia hay un templo menor. En total 20 mil templos adornan la isla y a veces distinguir si la construcción que está enfrente de uno es un templo con casas o una casa con templo; probablemente no exista distinción entre uno y otro y todo sea parte de lo mismo, de que todo es sagrado y mundano al mismo tiempo.

Templo en Ubud, uno de los 20 mil templos existentes en la isla.

Y a solo pasos de los templos están las blancas playas con un exquisito mar a sus pies y un límpido cielo que permite disfrutar de maravillosos paisajes. Turistas de todo el mundo se relajan y broncean, toman masajes y compran despreocupados. Bali es espiritual pero también es hedonista y las muchachas ofreciendo sus masajes se multiplican por cientos en las calles. Casi todos los turistas son australianos y vienen en búsqueda de sol, mar y deporte. Las olas se repletan de tablas y los balineses se sienten orgullosos de sus ídolos locales. El sueño de muchos niños no es ser futbolista sino surfista profesional, tener un sponsor y vivir en Australia. Otros se dedican a bucear, o a hacer algunos de los múltiples deportes náuticos que se pueden realizar. Los restoranes ofrecen su comida marina a precios ridículamente bajos incluso para un estudiante que sobrevive con una beca como yo. Y el día se acaba y alguno de los atardeceres más hermosos del mundo se despliegan ante mis ojos en una sinfonía de luces y colores que sobrecoge. Y cae la noche y las luces y los zumbidos se mantienen y el calor y la humedad son peores que en el día.

Bailarina Legong ensayando su arte.

La gente sonríe. Casi no se ven mendigos, todos tienen algo que vender u ofrecer. Transporte, taxis, motos, comida, tablas, masajes, marihuana u hongos (a pesar de que el tráfico está prohibido so pena de muerte). El turismo ha inyectado recursos y pobreza extrema no se observa, por lo menos a simple vista, ni en la turística Kuta Beach ni en los pueblos más pequeños del interior. La gente parece feliz viviendo de alguna de las dos principales fuentes económicas de la isla: turismo y artesanía. Bali es un centro mundial de comercio de artesanías y telas, se compra y se vende para todo el mundo, comerciantes de todo el orbe vienen a trabajar y negociar.

A pesar de las miles de motos que sin ninguna lógica repletan las calles, de la prácticamente inexistencia de señales de tráfico, de los poquísimos semáforos no respetados por nadie, ningún accidente vi, nadie tocaba su bocina ni nadie alzaba su voz. Era un fluir constante que parecía nunca detenerse, que llenaba todos los espacios con sus zumbidos y formas. No importaba si ibas solo, con o sin casco, cargado de paquetes o con un bebé en los brazos, siempre las motos aceleraban y frenaban o giraban o simplemente se metían en la vereda contra el tránsito. A nadie le extrañaba ni le importaba, la vida seguía su curso. Era como si todos supiesen que el otro maneja mal y por lo tanto cualquier movimiento imprevisto no lo fuera, estaba todo dentro de una lógica insólita, de un caos ordenado y contenido.

Piedra. Todo es de piedra. Las casas, los templos, los dioses protectores que cuidan la entrada del hotel. En las rotondas en vez de algún general a caballo una figura enorme surge de entre las aguas para sostener a un dorado dios de 4 brazos. Es grotesco y fascinante al unísono, todo piedra en sus 15 o más metros. Cada centímetro de Bali está decorado, todo está tallado o tiene formas alegóricas. Hasta las tapas del alcantarillado están adornadas, o la silla de madera más sencilla tiene algún dragón, algún espíritu, alguna figura. Los templos son recargados y la cantidad de estatuas, relieves y tallados es infinita. Y en los talleres al costado de los estrechos caminos se ve a la gente creando altares y esculpiendo la piedra para darle la forme de algún ser divino, que luego será vestido y alimentado por sus dueños, tapado a ofrendas, incienso y plegarias. Porque la roca es a la vez carne y las estatuas están vivas, porque los dioses viven entre medio de los verdísimos arrozales, en las bailarinas legong, en los ríos que bajan desde los volcanes, en la sonrisa de una anciana o en la tienda de DVD piratas.

jueves, 9 de abril de 2009

China

Ni hao, zao shang hao !!!!

Hola, buenos días !!! O algo así. Una de las pocas frases que he aprendido en chino. Segunda reunión de la Chinese Society y Andrew, un aussie que estudió tres años en Beijing trata de enseñarme la entonación de las palabras. El chino es fácil en el sentido de que no posee gramática ni conjugación de verbos ni tiempos verbales. El problema es que es un idioma tonal, o sea, la entonación que uno de dá a las palabras les confiere un significado. Así, es diferente hacer un sonido parecido a sssszzzzz (cuatro) a un sonido ssssszzzzziiiiiii (muerte). De ahí que el número 4 sea considerado de mala suerte, se trate de evitar a toda costa y regalar inocentemente 4 botellas de vino no resulte muy protocolar en China, menos si uno se le ocurre envolverlo en papel blanco, color de los funerales.

Algunos de los amigos de la Chinese Society

Una de las razones por las cuales me quise venir a estudiar a Brisbane es su cercanía con Asia. Para mí el futuro está en Oriente, es acá donde importantes cosas están sucediendo, cosas grandes que moldearán el futuro a diferentes niveles. Y claro, quiero ser parte de ello. También creo que nuestro país tiene que mirar a Asia, pero con una mirada limpia de prejuicios. Una mirada de respeto, de conocimiento profundo de la forma en que la gente al otro lado del Pacífico ve la vida. Y una disposición abierta a darles a conocer esa angosta franja de tierra que llamamos Chile.

Para ser sincero, el conocer gente de oriente simplemente me ha encantado. Son amables, sociables, simpáticos, optimistas, pragmáticos y de risa fácil. Les gusta conversar, comer rico, disfrutar la vida. Pero eso es una generalización obviamente, no solo por que no toda la gente es así, sino que estoy metiendo en el mismo saco a toda la gente de oriente y eso es un error garrafal. Definitivamente no por tener los ojos rasgados eres un chino, y andar diciéndole chino a cualquiera es un error enorme, especialmente si estudias en una universidad como UQ donde fácil el 40% de los alumnos es oriental, y en su inmensa mayoría provenientes de China, pero también del sudeste asiático.

Como dije en una entrada pasada, para mí China no es singular, sino plural. No se puede hablar de una sola China simplemente por que no existe: en un país de 1300 millones de habitantes existe tanta diversidad que llega a ser difícil de abarcar. Pensar que existen minorías étnicas de 10 millones de personas, que existen cientos de dialectos, que cada provincia tiene platos típicos, tradiciones, leyendas, folkclore......... Esto hace que uno tenga que empezar a precisar a nivel de provincia y tener cierto cuidado al referirse a la RPC (República Popular China) o a Taiwán. E insisto, nunca generalizar. Así uno empieza a darse cuenta la diferencia entre los chinos: pálidos, sumamente delgados y altos los del sur y sureste; mas bajos y de piel más oscura los del centro y el norte. Algunos hablan chino mandarín, otros chino cantonés. Casi todos usan el sistema de escritura llamado chino simplificado, en Taiwán usan el chino tradicional. Sumemos a esto a los "chinos no chinos", las personas de origen chino pero que viven en Singapur,Malasia, Tailandia, Indonesia, que mantienen la cultura de sus ancestros pero insertos en un mundo diferentes al de la RPC.

Los chinos usan sus nombres reales cuando tratan entre ellos, pero para el resto usan lo que denominan su "nombre occidental", un nickname a elección para facilitar el que los podamos identificar. Así, conozco una Cindy, una Judy, una Lindi, una Nicole, un Darren........ y como los pobres se les hace imposible pronunciar mi nombre ( me han dicho Ovoro, Aevero, Avalo, Alfaro.....) me preguntan por mi nickname!!!!! No, no tengo, van a tener que aprender no más a pronunciar, les digo, y ellos se ríen de buena gana.


Con Eric y la simpática Stephanie.

Para ellos, Sudamérica es como una isla grande ubicada muy lejos, al otro lado del mundo, un lugar donde existe un país grande llamado Brasil y otros países chicos alrededor de éste. Todo es selva y tropical y todos son buenos para el fútbol. No los culpo, el desconocimiento es mutuo. ¿Por qué un habitante de la provincia de Guangdong, con sus 70 millones de habitantes y economía industrializada y pujante, tendría que conocer un país de 16 millones al otro lado del mundo? Antes de estudiar en Brisbane no hubiese podido ubicar la provincia en el mapa, ahora me resulta imperante conocer las caracteríticas de las provincias para que mi plan para conquistar el mundo empieza a andar. ¿Cuantos chilenos saben donde queda Guangdong, o Sichuan? Y cuando les muestro fotos de Chile, de mi pueblo en otoño y de Chiloé abren sus ojos y me dicen "ohhhhh" sorprendidos al ver montañas y nieve, mar y bosques, cosas que nunca se hubiesen imaginado: ¡¡¡ en Chile hacen vino!!! Hay frutas, hay centros de negocios, hay desierto y glaciares........y se ponen contentos y sonríen. Les has mostrado algo de tu mundo y ahora ellos empiezan a hablar de su lugar de origen, de su familia y su vida en China.

Y así puedo seguir escribiendo largo rato. Siento que mi conocimiento de China ha crecido exponencialmente, pero al mismo tiempo me doy cuenta que en realidad no sé nada. Que apenas sé algo de ellos, superficial, y que me gastaría la vida tratar de conocerlos. Pero ya he dado un primer paso, el primero de muchos que me gustaría dar.

P.D. El domingo parto a Bali, Indonesia, así que estaré completamente ausente por una semana. Para Uds que se dan el trabajo de leer mis enredados pensamientos, les deseo una feliz Pascua.

miércoles, 1 de abril de 2009

De Subjects y Visitas


Are you crazy? - me espetó Amit cuando le conté que tomaría 5 subjects (ramos) este semestre. You don't have life man !!! - me decía mientras se reía. Claro, acá lo común es no tomar más de tres subjects por semestre, y miren Uds que un chileno loco llega y toma cinco. Pero bueno, simplemente no me queda otra: mi tiempo acá es corto y debo completar mis créditos si quiero tener el tan ansiado dual degree. Y en eso estoy, tratando de tener vida además de estudiar, preparar los assigments, presentaciones y lecturas. Por que acá el sistema es diferente al de chilito: uno estudia antes de la clase, no después. Y el sistema me ha gustado, cuando uno lee el texto guía antes aprovecha mejor la clase dado que ya sabes el contexto, los temas y puedes madurar mejor las ideas. Claro está que se requiere disciplina y fuerza de voluntad, pero eso es algo que se adquiere a través de la práctica constante, aunque cada vez que mi amigo indonesio Liam me ve se ríe y me pregunta: how many assigments you have? ten? fourteen? y vuelve a reirse mientras entramos a la sala donde nuestro profesor de Sri Lanka nos enseña los misterios del International Marketing.

Un momento de relajo en medio de la ciudad: CBD Botanic Garden.

Los días están menos calurosos y las lluvias se hacen más esporádicas. Salidas pocas: visita al jardín botánico de Mount Coo-Tha, una escapada a la ciudad de Surfers Paradise (si, como leen, hay una ciudad que se llama "Paraíso de Surfistas", ubicada a unos 150 kms al sur de Brisbane, y tienen 200 mil habitantes), y las clásicas salidas hacia South Bank y la CBD (City Business District). En las noches, algunas vueltas al Casino o a Fortitude Valley, corazón de la vida nocturna brisberiana.
Arriba: vista de Brisbane desde el Mt. Coo-Tha. Abajo: Surfers Paradise

Pero la rutina se rompió con la visita de nuestras buenas amigas y compañeras desde Sydney. Primero Marce que se quedó más días de lo presupuestado por ella antes de seguir su travesía hacia Bali, Thailand y Vietnam. Luego, Lore, Yuni y Dani nos entregaron su alegría y simpatía. Paseos, bailes y asados marcaron su paso, y a pesar de que hace tres meses que no las veía parecía que sólo habían pasado horas desde que nos despedimos en Santiago. Y bueno, me alegré mucho de volver a ver a Daniela, aunque fuese por algunos días. Nuestro segundo reencuentro será en Melbourne, pero para eso falta y sería adelantarme a la historia de este viaje.

Atardecer en el río Brisbane.

Este sábado tendré mi segunda reunión de la Chinese Society. Haciendole caso a Marijana, mi profesora bosnia de inglés en Chile quien planteó la tesis de que el tercer idioma es más fácil de aprender que el segundo, es que estoy tomando algunas lecciones de chino mandarín. Aprovechando la enorme presencia oriental entre mis compañeros de magister estoy aprendiendo algunas palabras sueltas. Ya sé decir hola en chino, tailandés, japonés, ruso y árabe. La primera reunión de la Society fue en un restorán chino bastante diferente al que uno está acostumbrado: nada de dragones y lámparas doradas sino todo limpio, blanco y reluciente, atención expedita y precios bastante accesibles. Olvídense de los clásicos wantanes y arrollados primavera: eso no existe. Pato asado, tofu, drunken chicken, puerco asado con miel, verduras cocidas, noodles, etc. Delicioso todo. Y así estoy cumpliendo uno de los objetivos de este viaje: aprender más sobre oriente. Por lo menos, ahora cuando pienso en China no lo hago en singular, sino en plural. Pero eso ya sería parte de otro post, mientras tanto sigo preparando mis clases y assigments, el eastern break se acerca y eso tiene un significado especial para mí: Bali.

Almorzando con mis amigos de la Chinese Society