jueves, 31 de diciembre de 2009

Bagan



Me sentía más abordando un viejo bus de trayecto rural que un avión hacia el interior de Myanmar. Un tipo grita en una puerta el número del vuelo y otro te pone un autoadhesivo de color amarillo con un elefante con alas. Este avión tiene hélices pero, a diferencia a los de Lao Airlines, éste da miedo.Una familia italiana mete ruido y filma este increíble avión. El vuelo de Yangon Airlines había sido arreglado por Toe y en Bagan nos recibiría un taxista amigo de él para llevarnos a un hotel. Luego de una hora de viaje aterrizamos en el pequeño aeropuerto donde nos someten a un no muy higiénico control de temperatura y al pago de un "impuesto" de US$10 por acceder a un sitio arqueológico. Dinero para la junta-me digo- y los escasos dólares que poseo disminuyen poco a poco. Efectivamente, un taxista nos espera para llevarnos al Aungmingalar Hotel, pequeño, sencillo y amablemente atendido hotel independiente ubicado en el sector llamado Nyaung U, frente a la Shwezigon Pagoda.

Hace calor, mucho calor. Decidimos recorrer el sector conocido como Old Bagan, que es donde están todas las construcciones que tanto habíamos escuchado, en bicicleta, al módico precio de US$ 1,5 al día aprovechando que en la tarde en algo la temperatura nos da tregua, y dejar un recorrido más extenso en carreta para el día siguiente, a US$12/día/ carreta (donde caben 2).

Las bicis son de esas antiguas, sin cambios, "vintage" según algunos pero acá parte del paisaje cotidiano, junto con las carretas, los monjes y unos destartalados camiones siempre repletos de cosas y personas con su motor al aire. Visitamos la pagoda dorada que estaba al frente del hotel, majestuosa en su enormidad y solitaria en cuanto a turistas se refiere. Un ejército de niños te ataca para servir de guías o para suplicar por algo de alimento mientras te cuentan que son huérfanos sin hogar ni familia. Un solitario japonés nos ruega con la mirada que nos llevemos a los niños a alguna parte para que pueda tener algunos segundos de tranquilidad. La pagoda está rodeada de edificiones menores donde se encuentran raras esculturas y figuras de seres mitológicos. Afuera un pequeño mercado con artesanías y otras cosas concentra la actividad mientras los lugareños realizaban sus actividades cotidianas.

Arriba: Calle de Bagán. Abajo: yo y mi bici vintage recorriendo los templos.

El sector de Old Bagan está deshabitado casi por completo. Antaño, la gente vivía y cultivaba entremedio de los cerca de 2.000 templos existentes en un área de 40km2 hasta que fue declarado sitio arqueológico el año 1975 luego de un terremoto y la población expulsada a la fuerza y relocalizada en el sector conocido actualmente como New Bagan. La presencia de tantos templos, casi todos del siglo IX de nuestra era, y con estilos arquitectónicos variados, se debe a que Bagan fue capital de varios reinos birmanos.

El sitio solo puede ser definido como de ensueño, una maravilla de la humanidad en un paisaje que parece sacado de un cuento de hadas, una atmósfera irreal que envuelve. Para donde mires hay templos y estupas, por donde entres encontrarás un Buda meditando y alguien te contará una historia de reyes antiguos. Para donde vayas encontrarás alguien dispuesto a vender alguna artesanía, pintura o postal, alguien que es capaz de seguirte kilómetros con tal de sacar una venta.




Gran Pagoda de Shwezigon, Bagan.

Luego del almuerzo consistente en arroz, carne y tomates preparados de forma tal que es todo solo uno, más una refrescante Star Cola (por el embargo no existen Coca-Colas, solo gaseosas locales) y una reponedora siesta empezamos nuevamente a pedalear hacia Old Bagan, seguidos cerca siempre por jóvenes que nos quieren vender una pintura, servir de guías o intercambiar mi sombrero por una artesanía. Insistentes, pero comprensible dada la dramática situación en que viven, al final los pocos turistas extranjeros que llegan a Bagan son una fuente de dólares e ingresos. Dentro de las murallas de Old Bagan prácticamente hay más templos que árboles, es cosa de subir a cualquier templo y ver decenas, sino cientos de puntas y cúpulas hasta donde llega la vista, relucientes mientras atardece y el cielo se llena de los colores más increíbles, todo se torna azulado, rosa un minuto después y amarillo al siguiente. Y cae la noche y algunos de los templos se iluminan. Nuestas bicicletas llegan a un gran templo, con enormes estatuas de Buda doradas que sonríen a medida que uno se aleja de ellas, con pinturas murales centenarias y luces de neón que entregan un toque atemporal a las figuras. Nuevamente me encuentro con el pie de Buda (solo me queda pensar que Buda era un gigante, por el tamaño de sus huellas).


Bagan de noche y de día, templos hasta el infinito.

Lamentablemente, no todos los templos están en buena situación. El sitio no ha sido considerado Patrimonio de la Humanidad a pesar de los esfuerzos de la Unesco en ese sentido, y el gobierno ha sacado provecho construyendo un par de hoteles de pésimo gusto (uno de ellos es una torre de observación, propiedad del yerno del jefe de la junta) y restaurando algunos y dejando en el abandono a otros.


Tanto templo y Buda puede resultar repititivo despúes de unas horas, pero no por eso menos asombroso.

Al día siguiente partimos nuevamente a ver los templos, ahora en carreta. Primero nuestros gentiles guías nos llevaron a un mercado donde la gente del pueblo comercializa sus productos y nuevamente sufrimos el acoso de los vendedores, incluyendo el de una señora sumamente anciana que fumaba un enorme cigarro que expelía inmensas cantidades de humo. Me escabullo para observar la trajín diario hasta que una chica me interrumpe mi andar y me empieza a seguir insistentemente tratando de vender cachibaches varios. He tratado con vendedores insistentes, pero Za-Za, como me dijo que se llamaba, les gana a todos, ella y sus mejillas amarillas insistió tanto pero tanto que logró venderme una caja redonda con portavasos de laca de mala calidad. Za-Za no tenía buen genio pero era amable al fin y al cabo, aunque al comprarle le dije: te compro, pero si me dejas sacarte una foto. Ok, me dice, y apenas terminamos la transacción se arranca corriendo lo cual lo tomé como una oportunidad de venganza: corro detrás de ella hasta que se rinde y acepta, de mala gana, sacarse la foto. Una gordita amiga de ella se acerca y pícaramente me dice que Za-Za tiene 23 años y es soltera. Me estoy metiendo en terreno complicado, me digo, y trato de despedirme de ella pero me insiste en que me lleve un recuerdo: una precaria peineta de sándalo, un regalo que no puedo aceptar pero ella insiste e insiste. Finalmente acepto, solo para engañarla y volver a depositar la peineta en su bolso, salir corriendo y no volver a verla nunca más.









El mercado y su actividad cotidiana. Abajo: Za-Za, la vendedora más insistente del mundo.




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Min, nuestro guía, nos explica la historia de cada templo y casi de cada Buda. Algunos de los sitios están en ruinas y tienen una atmósfera mística que te hacen sentir en tiempos remotos y misteriosos. Son tantos los templos, tantas las pinturas de mil años descascarándose, los Budas enteros y semidestruidos, las historias de reyes y princesas, y los siempre presentes vendedores, que luego de unas horas termino mareado y repleto de información que sé que olvidaré más temprano que tarde. En eso una joven muy delgada se me acerca para ofrecerme unas postales. Su suave sonrisa me acompaña un trayecto hasta que ingreso a un templo y exclamo en mi mejor español: ¡este lugar está repleto de murciélagos! solo para que ella, muy naturalmente, me responda en un correcto español: no son murciélagos señor, son golondrinas. Boquiabierto, le pregunto como me entendió solo para encontrar una sorprendente respuesta: claro que le entiendo, Ud habla italiano !!!

He-He, como me decía que se llamaba, me sigue y cada vez me insiste menos en sus postales, sabe que no las compraré pero al parecer disfruta de mi compañía, así como yo disfruto de su simpatía. Finalizado el recorrido, le digo "ahora seamos amigos" y le extiendo mi mano, mano que escondía un billete. Ella sonríe y se despide gentilemente de mí, deseándome un feliz viaje y regreso a mi país. Y mientras me monto en la parte de atrás de la carreta, su sonrisa sigue brillando entre templos y polvo.




Arriba: He-He, mi amiga vende postales. Abajo: más y más templos.

Un respiro entre tanto templo fue un corto paseo en bote por el río Ayeyarwadi para capear el calor y descansar la vista de tanto templo y Buda, solo para descubrir muchos templos en la orilla, chicos chapoteando en el agua y mujeres lavándose el cabello.



Arriba: paseo en bote. Abajo: uno de los maravillosos atardeceres en Bagan, el lugar más mágico de este viaje.

Exhausto, comemos algo en un hermoso y relajante restaurant y a dormir, mañana nuevamente a arriesgar la vida en Yangon Airways y su logo con un elefante blanco alado para llegar al lago Inle y retroceder aún más en el tiempo.

10 comentarios:

  1. Bueno los viaje anterio son maravilloso.
    Alvaro, si la chica te presigue es porque esta enamorado tu yo.

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  2. Que lindo viaje, sigues sorprendiéndome. Este domingo he estado perezosa, como en siesta permanente, y me vine para acá a recorrer a través de tus letras este rincón mágico, este otra dimensión, este otro tiempo tan diferente. Ese exceso de stímulos agota, y te vas a dormir exhausto como señalas, pero enriquecido, cada día más grande, más conciente.
    Te felicito
    Cambiando de tema, soñé contigo hace un par de días. Había gente de mi universidad, del trabajo, del gimnasio, delbuceo, de todos los ámbitos de mi va, y entremedio estabas tú también, como en la foto de tu perfil, pero no me decías nada, sólo reías amistosamente.
    Loco, verdad?
    Abrazo !

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  3. No me canso de repetirte lo afortunado de conocer tanta cultura, te leo y me imagino esos viajes maravillosos con gente tan distinta a lo estamos acostumbrados en occidente.Yangon Airways me parece de terror, me imagino que sin turbulencias jajajaja!!!!!
    Saludos.

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  4. Loco !!! No, no tenías un copetín en la mano. Y tu sonrisa era simple, pero muy dulce, extremadamente dulce.

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  5. Fuerte abrazo, amigos blogueros chilenos.
    Ánimo.

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  6. Amigo,
    Donde estas? Qué ha sido de tu existencia? Sentiste al tierra rugier?

    Un abrazo

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  7. Hola Alvaro..Ya debes saber lo que ha pasado en nuestro pais. La vida continua y obligadamente debemos recuperarnos.
    Materialmente no tuve danos, pero mis pensamientos giran sin control en torno la tragedia, sin dejar espacio para concentrarme en el trabajo.
    Creo que un dia me sentare a leer completamente tus exelentes post y ver las hermosas fotos.
    Saludos

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  8. Hola Alvaro. Yo adoré tu postagene y las photos san muy lindas. Gracias por tu trabajo.
    Abrazos.

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  9. QUeridoÁlvaro, Me alegra saber que estás bien, yo te pensaba viajando todavía!!.

    Leí tu comentario en el blog de Roxi, Álvaro, no te vayas, por favor, es la gente como tu y Roxi la que necesitamos. El ver a tanta gente jóven organizando la ayuda me ha vuelto el alma al cuerpo. Un beso grande

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  10. La lógica sería que todos los templos y todos los Budas fuesen cuidados...pero con tamaña profusión y ese cuidado entre las últimas prioridades, se entiende la disparidad. He-He resultó más ubicada...algo que le faltó a los "budistas" de Yangon.

    Saludos afectuosos, de corazón.

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